El encabezamiento o título hace referencia a una de las preguntas más duras que uno puede hacerse en relación con su negocio...
"¿Serias tú mismo, cliente tuyo?" la cual podríamos complementarla con otra también dura: "¿Cómo trabajarías o te sentirías si fueras tú, tu propio empleado?" ¿Cuánto tiempo durarías? ¿Cuál sería tu futuro?
Y otra más:
"¿Realmente crees que te ganas tu sueldo con lo que haces? " (O tu remuneración), ¿tienes lo que te mereces?, ¿Quieres más?, Y entonces, ¿Qué haces para conseguirlo?
Nadie es objetivo del todo. Todos filtramos las respuestas de acuerdo con nuestra propia convicción y solemos ser muy duros o muy blandos según en qué momentos.
Todas estas preguntas podríamos objetivarlas si las traspasamos a nuestro cónyuge, a nuestros hijos, hermanos, cuñados etc. y ya no te digo nada si la hiciéramos a nuestros empleados, en secreto y sobre nosotros.
La provocación que busco se basa en ponernos en la situación clave para el desarrollo e incluso para la propia supervivencia de la farmacia.
Si nosotros, (o nuestro cónyuge, hijos, hermanos etc.), no seríamos clientes nuestros algo estamos haciendo mal o algo o mucho tenemos que cambiar para mejorar.
Si nosotros, (o hijos, etc.), no estaríamos a gusto trabajando y estaríamos buscándonos la vida fuera de nuestro de trabajo algo no hacemos bien o algo o mucho es mejorable.
Si pensamos que lo que recibimos por nuestro esfuerzo diario, es mucho o poco, algo tendremos que cambiar.
Son sólo preguntas, pero son un buen comienzo para investigar mediante esta breve reflexión putos de mejora y cambio que nos ayudarán a orientar nuestra farmacia hacia donde debe, es decir a donde quieren los clientes, (internos y externos), de una manera fácil y sostenible.
Escondernos en nuestras rutinas diarias no conduce más que a la jubilación en el mejor de los casos. Reinventarnos cada día nos llevará a valorar más lo que tenemos y a buscar lo que deseamos.
El siguiente proceso que deberíamos poner en marcha es la realización de un DAFO. Un DAFO es un instrumento antiguo que realmente solo sirve para orientarnos en las preguntas que deberíamos hacernos. Cuáles son nuestras fortalezas, nuestras debilidades, nuestras oportunidades y amenazas y valorando y ponderando (tienes como hacerlo en un artículo de este mismo blog más antiguo) enfrentar y decidir las estrategias más adecuadas a nuestra situación y entorno.
Y una vez hecho esto, actuar.
Este punto es el que suele fallar.