“Errare humanum est” y rectificar es de sabios. Pensar que uno no yerra es de tontos que merecerían estar herrados.
Seguro que te has equivocado muchas veces. Todos tenemos la experiencia de habernos basado en experiencias pasadas, en juicios personales, en precipitaciones, en malos consejos y en definitiva, nos hemos equivocado más veces de las que queremos reconocer.
Todos admitimos errores pero en términos generales, a veces en particulares, pero casi nunca sobre cosas importantes. Y lo que es peor, los cometemos reiteradamente. Ya se sabe, el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. ¡Y tres y cuatro y más!
Casi siempre tenemos la certeza de que nuestros errores se debieron a las circunstancias adversas en que se produjeron, vamos, que fue en gran parte cosa de la mala suerte.
Lo importante en todo caso es conocer si fuimos conscientes en el momento, o cuanto tardamos en serlo, de la comisión de los mismos. De nada sirve el fustigarse con la culpa o el estar lamentándose por cosas que ya no tiene solución.
Y aprender.
Recuerdo un caso de fracaso con grandes costes para la empresa en cuestión y que fue el lanzamiento de la Coca Cola Clear en USA. Ante la constatación de que en pruebas ciegas de sabor otras colas mejoraban a la marca, esta, decidió crear una de diseño en base a los gustos del consumidor y que se creó comparándola con el resto de colas. Se fabricó una cola transparente diseñada para gustar, se publicitó y fue un fracaso sonado. Cambiar la fórmula de la Coca Cola, fue considerado por los consumidores como poco más que una herejía. Los accionistas pidieron la cabeza del director responsable y el presidente de la marca lo salvó, con el argumento de que este señor sería probablemente el único que nunca volvería a caer en un error semejante.
El director era notoriamente inteligente y por supuesto que aprendió y nunca volvió a pensar en alterar una fórmula de éxito como la Coca Cola.
Lo importante pues, fue el aprendizaje, el corregir y seguir adelante.
La reflexión de porqué fallamos es básica para no volver a equivocarse.
Aunque sabemos que volveremos a fallar. El miedo paraliza y hay que vencerlo, es irracional casi siempre. Hundirse es lo peor que puede hacer uno cuando se equivoca. Buscando la perspectiva adecuada hemos de ser capaces de utilizar el error para centrar las estrategias futuras.
Centrarse en el pasado no sirve para nada. Dirigirse al futuro con bases más sólidas sí. El error da estabilidad a la base porque es una de las pocas maneras que tenemos de aprender. Y de avanzar.
Aprender de los errores pasa por admitirlos, por analizarlos y por no buscar otros culpables o en echar la culpa al destino y/o las circunstancias sino en la forma en que se tomó la decisión.
Admitir el error te hace más humano y más sabio. No admitirlo te hace igualmente humano pero mucho menos inteligente. Y los demás lo ven.
Y hablando de errores, un error muy frecuente es empezar muchas cosas y no acabarlas. A veces por perfeccionismo y otras, las más, porque no sabemos decir que no.
Al final no hacer lo que nos comprometimos a hacer o hacerlo a última hora, mal y con prisas no te van a dejar en buen lugar.
Acaba, es decir finaliza y no te esperes a que esté todo perfecto porque este es otro de los errores más frecuentes. En definitiva planifica tu tiempo y cumple. Así, serás confiable y se te perdonarán los errores que seguro cometerás.
También es bueno que aceptes retos y responsabilidades pero si te falta preparación dilo y búscala. Las oportunidades pasan y solo es bueno arrepentirte de lo que dejaste pasar no de lo que hiciste mal.
Atreverse es una muestra de una actitud que se busca en las empresas, y las farmacias lo son, pero siendo consciente de las limitaciones que tenemos. Unas metas altas impulsan a alcanzar un nivel mayor de consecución que unas metas bajas.
Cobarde y equivocado no llegarás a ningún lado.
También es necesaria una dosis de humildad suficiente para conocer nuestras carencias y limitaciones para no caer en retos excesivamente elevados y poco realistas.
El perfeccionismo excesivo también ralentiza cuando no paraliza la ejecución y puesta en marcha de nuevas iniciativas y además disuade a todo el mundo porque asusta.
Escuchar y sobre todo a personas por las que tengas el respeto de hacerlo te ayudará en tu desempeño para que no caigas tampoco en el hacer cosas por hacer cosas pero sin sentido. Se tolerante con los demás y contigo mismo. Nadie es perfecto, tu tampoco.
Otros casos patológicos son cuando nos vemos inmersos en proyectos que no van a ninguna parte. Y no sabemos cómo dejarlos. Hay que conocer si no los abandonas por miedo o por el esfuerzo de cambiar y en este último caso, armarse de valor y abandonar.
Si sabemos que el proyecto es erróneo, o se convence a las partes de que lo es o se abandona. Lo demás es esconder la cabeza bajo el ala. Y no es solución.
Conclusión: El error existe, se da y se dará. Aprender del error nos hace crecer, Conocer nuestras carencias y los errores cometidos por otros (estudiar y escuchar) así como los errores más frecuentes nos ayudará a minimizar sus efectos.
En tu farmacia se cometen errores a diario. Lo peor es que son muchas veces los mismos.