Acabo de leer un artículo de management acerca de las personas que no saben delegar. Todos tendemos a sentirnos imprescindibles o eso nos gustaría creer.
Saber rodearse de colaboradores eficaces es una necesidad de cualquier líder y para que estos lo sean, es muy importante saber delegar. Si un jefe no delega acaba convirtiendo a sus colaboradores en meros ejecutores de sus ideas pero provoca que no se aporten ideas nuevas y diferentes. Todos pensamos que lo hacemos mejor que nuestros colaboradores pero esto no es verdad y si lo es, lo es por nuestra culpa.
Propongo un experimento. Ausentémonos durante un tiempo inusual (unos, días, una semana, quince días, un mes), y previamente deleguemos y precisemos la responsabilidad de cada uno de nuestros colaboradores. Cuando “regresemos”, analicemos lo ocurrido y evaluemos las actuaciones de cada uno. La mayor parte de las veces constataremos que lo han hecho mejor que nosotros y como consecuencia nos permitirá volver a hacerlo, y ganar tiempo para dedicar el nuestro a actividades de mayor valor añadido.
¿Cuántos farmacéuticos dedican gran parte de su jornada a actividades de escaso valor, como reponer, hacer los pedidos, hacer fórmulas, etc. y no dedican nada de tiempo a pensar, analizar la marcha del negocio, estar en contacto con los clientes, formarse, etc.?
Es un cambio de actitud necesario, eficaz y eficiente y que solo requiere de voluntad y de preparación. Esto último viene a cuento de que hay que preparar a los colaboradores para que sean autosuficientes, y esto requiere de una buena elección de los mismos y de un entrenamiento. Y por supuesto de formación.
Se equivocarán algunas veces, pero, ¿acaso nosotros no nos equivocamos también?
MANUEL CALATRAVA GUNA