La crisis, que debiera ser un periodo transitorio, pero que por su ya gran duración y por lo que parece que nos queda, es más un cambio de paradigma, necesita de cambios de actitud y aptitud para poder soportarla. La adaptación a la nueva situación y la toma de decisiones va a condicionar la salida de la misma.
Los problemas son la medida del que los afronta y en estos momentos duros, son pocas cosas las que se pueden recomendar con carácter general:
- Lo que toca ahora es trabajar más y mejor y encima contento de poder hacerlo.
- Madruga, pues es un hábito saludable, y ante la cantidad de cosas que habrá que hacer te evitará atrasar tareas. Además te ayudará a evitar el pensar en la crisis, en los problemas reales e imaginarios y a conciliar el sueño por la noche.
- Deja de escuchar las noticias y a los profetas del apocalipsis que tanto abundan en estos momentos. Deprimen. A cambio, estudia.
- Da ejemplo a tus colaboradores llegando a trabajar el primero y marchándote de los últimos.
- Trabaja más, visiblemente, y ofrécete voluntario para desarrollar nuevas tareas.
- Adécuate a tus nuevas circunstancias de ingresos. Replantéate cosas que hasta hace poco desechabas por poco productivas y si aportan margen, hazlas.
- Pon en marcha nuevas iniciativas, con ilusión que se contagie. Necesitas nuevos retos que te ocupen y que te alejen de la ansiedad.
- Observa también a tu alrededor y verás oportunidades inherentes a toda crisis.
- No te conformes. Pelea.
- Los beneficios vienen de hacer lo que debes aunque a veces no te guste.
- Trabaja en equipo. Escucha a tu alrededor y fomenta la discusión.
- Toma decisiones y para ello, analiza y decide, Actúa si crees que el riesgo no supera a los posibles beneficios. Y sobre todo, no te quedes a medio camino, haz o desestima pero no te enroques en análisis sobre análisis.
- No hagas perder el tiempo a los demás. Consúltalos pero no busques que te aprueben la idea, de hecho, si te desaprueban, total o parcialmente la misma, mejor. Te permitirá ver más puntos de vista y mejorar el proyecto.
- No hagas nada que no comprendas bien y si es duro o difícil asume antes de hacer nada los costes que te supondrá a nivel personal además de económico.
La crisis es una época de cambios que traerán oportunidades a quienes sepan verlas pero que se llevará por delante a quienes no sepan adaptarse. Agachar la cabeza o esconderla bajo el ala, no es solución. Actúa, pero con cabeza. Actúa valientemente pero sin inconsciencia. Actúa y deja actuar, pero si no lo tienes claro, observa y ya harás. No debes desperdiciar tu oportunidad, ni dejarla pasar tampoco. Hay que acertar y ahí estará nuestro valor añadido.
Lo demás se subcontrata.