Como has ido leyendo en este blog, un tema reiterativo en el mismo es la necesidad del cambio. Hemos visto y analizado como hacerlo y donde están los obstáculos para el mismo.
Es tan importante que he pensado en seguir profundizando en el cómo del mismo y sobre todo en la manera de fijar los objetivos y de persuadir a todos y cada uno de los colaboradores necesarios para poder llevarlo a cabo.
Lógicamente el cambio ha de estar orientado a lo que los clientes van demandando y para ello hay que empatizar con ellos, ponerse en su lugar (cómo si eso fuera posible!), y diseñar la farmacia que ellos quieren que sea, o al menos la que nosotros pensamos que querrán que sea. Ten en cuenta que ellos realmente no saben lo que querrán y si les preguntaras sólo obtendrías respuestas obvias (mejor, más rápida, más barata, mas surtida, etc.) Por tanto vas a tener que ser tu quien acierte en la propuesta que hagas. Y en esto ni siquiera tus competidores te ayudarán.
Viajar a países que nos lleven cierta delantera, observar otros sectores de los que aprender, formarse permanentemente, asistir a foros de discusión y debate sobre el futuro de la farmacia y observar y mucho a aquellos compañeros que marcan la diferencia. Observar y desarrollar rápidamente aquello que vemos que empieza y que nos parece que va a ir bien. Y pasar nosotros a ser los que marquemos la senda del futuro.
Para tener una ligera idea de qué cosas hay que cambiar lo primero será conocer, experimentar por ti mismo qué significa ser cliente de tu propia empresa. Observarlos en directo, escuchar activamente lo que te sugieren, lo que están cambiando en sus comportamientos y compararlos con otros que también atienden a clientes, en directo (Corte Inglés, Zara, Tiendas Apple, etc.) y en internet (Amazon, ebay, Corte Inglés, Apple, etc.) y por supuesto tus competidores, pero con ganas de aprender, no de criticar ni de mortificarse. Ahí es donde encontrarás la información que necesitas para definir tu modelo de farmacia del futuro, es donde están las pistas para saber qué cosas debes cambiar. Y todo este proceso se ha de hacer continuamente, tal y como son los cambios.
Y respecto a los competidores, no te quejes del modo en que venden, de las ofertas que plantean. No dejes que sean ellos los que establezcan las reglas del juego, los que determinen tu estrategia. Perderás siempre.
No está mal que los observes. Pero no trates de compararte ante el cliente. Lo único que consigues es darles una notoriedad que igual sólo tienen en tu cabeza.
Tu estrategia debe ser la tuya y estar orientada a resolver los problemas de los clientes y crear valor para ellos. Si tu marcas tu propia estrategia los demás acabarán por seguirte y tu marcaras la tendencia, y al menos, serás dueño de tus decisiones.
Deja que sean tus competidores los que se defiendan diciendo que son más baratos. Tu céntrate en que tus clientes estén orgullosos de serlo. Que sientan el valor de tus servicios y/o consejos, que sientan que su calidad de vida mejora si se dejan llevar por ti y por tu equipo. Que aprecien que trabajas en su beneficio. Que hayas conseguido orientarte tanto a ellos que sólo en tu farmacia se sientan cómodos.
Así pronto perderéis de vista, tus clientes y tu, a los competidores.